Pero también es en esta etapa cuando suelen aparecer las primeras dudas paternas. Todo el mundo sabe que los chicos de hoy se familiarizan con la tecnología a una edad muy baja, pero, ¿cuán temprano es demasiado temprano? Esta es una pregunta legítima y sobre la cual aconsejamos detenerse todo el tiempo que sea necesario. La respuesta no es fácil ni trivial, sin mencionar que está lejos de ser única. Por el lado de la prudencia, aunque sólo contemos con la intuición en lugar de datos realmente significativos sobre este mundo de entretenimiento virtual que nació y floreció hace apenas unas décadas, sabemos que ya existen varios estudios realizados en el mundo desarrollado que llaman a poner más atención sobre la aparente inocuidad de la diversión interactiva, espoleada por una tecnología que crece año a año en sofisticación y alcance. Y que promete influir más en el hogar que la misma TV. Es un entorno vertiginoso y cambiante, de apuestas -y por lo tanto intereses- enormes (los videojuegos más populares llegan a superar en valor y rentabilidad a varias superproducciones de Hollywood) que nos puede pescar desprevenidos, o directamente abrumados. Pero si hay algo en lo que siempre podremos confiar es en el valor de una decisión informada, y de la prudencia cuando la información es escasa.
Desde nuestra experiencia, estamos convencidos de que el inmenso y muy variado mundo de los videojuegos encierra enormes satisfacciones y oportunidades de diversión y aprendizaje para todos los integrantes de la familia. Pero también que entraña ciertos riesgos muy reales que tienen que ver con un componente de adicción, ansiedad e incluso alienación, y que no tienen comparación directa con las otras formas de entretenimiento de la actualidad, incluso considerando los excesos en cada caso. En un mundo que pone creciente presión para hacer que los niños entren en la categoría de consumidores activos desde antes de dejar el chupete, no es un dato para tomarse a la ligera.
Por supuesto que no todo el Edutainment es digital, ni está dirigido exclusivamente a niños. |
Eso sin contar que tal vez se sienta traicionado. ¿No le prometimos un juego, y no una clase de matemáticas mal disimulada?
Es por eso que los intentos que tienen éxito y realmente logran captar la imaginación de los pequeños merecen ser rescatados de su oscuridad. En futuros posts trataremos de presentar los mejores que pasaron por nuestras manos (y manitas) y que cumplieron la función esencial de entretener, pero dejando siempre algo más.
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