miércoles, 19 de octubre de 2011

Día de la Madre

Después de un sábado de sol radiante, el domingo amaneció más inestable y hacia el mediodía empezó a descender una niebla seca y muy curiosa. Más tarde nos enteramos de que no era niebla, sino que se trataba de las famosas cenizas volcánicas que cada tanto y todavía nos visitan cuando el viento sopla desde el sur.

Como sea, no estaba muy bueno para salir, pero siendo completamente honestos tampoco es que un clima mejor hubiera cambiado mucho la situación. El día era de Mamá, y habíamos acordado que en observancia de la magna jornada sus deseos y órdenes serían respetados sin protestas ni objeciones por el resto de los integrantes de la familia. Afortunadamente, nuestra líder era muy benevolente, ya que ¿cuál fue su primer designio? ¡Que íbamos a embarcarnos en una mini-maratón de juegos todos, por supuesto, y sin chistar!

Nos apuramos a cumplir sus órdenes y despejamos la mesa, pensando en comenzar con un aperitivo liviano. Enseguida dimos con el candidato ideal, un recién llegado: Loot, el juego de cartas de Gamewright.


Loot es un juego sencillo, súper dinámico y muy rápido (en promedio, una partida dura unos 20 minutos). Encima, permite un número de 2 hasta 8 jugadores, que además pueden formar equipos o no, lo que lo convierte en uno de los juegos más flexibles de nuestra colección. Si agregamos que el tema piratesco está bastante logrado y que es muy divertido, está claro que cumple con los requisitos necesarios para empezar el día con un precalentamiento de lujo.

Después de varias partidas en las que abundaron las traiciones, las promesas de venganza y las carcajadas de victoria, un servidor se coronó Pirata de los 7 mares. Y hablando del número 7, el siguiente juego en la mesa fue...


El también recién llegado 7 Wonders venía con un pedigree importante, después de haber arrasado con prácticamente todo premio habido y por haber en Europa y de cosechar fans por doquier, además de un saludable puntaje de 7,9 en BGG. A pesar de lo que la generosa caja y el tema épico -civilizaciones en pugna- puedan sugerir, el juego en sí es muy rápido y liviano, ideal para suceder a Loot en nuestro camino al plato principal. Aunque Fran 6.11 decidió no participar en esta etapa - y probablemente habría sido un poco complicado para él - los 3 que quedamos éramos suficientes. Aprendimos las reglas ahí mismo sobre la mesa y tuvimos nuestra primera partida, que terminó premiando la astucia de Mamá al dedicarse a las armas y aplastarnos militarmente. ¡El viejo truco de aparecer inocente e incapaz de aplastar una mosca! Suele ser nada más que una fachada para ocultar una veta despiadada, amigos. Como sea, la victoria vino en buena ley y Mamá fue coronada Emperadora del Mundo Antiguo. Pero si hablamos de edades antiguas, el siguiente juego nos obligó a ir todavía más atrás en el tiempo...


Para reincorporar a Fran 6.11 y meternos de lleno en el espíritu de la jornada con uno de los "gordos" familieros, en términos de complejidad y longitud, Mamá seleccionó otro de sus favoritos (ya que el favorito absoluto, Carcassonne, ¡ay! estaba prestado): Stone Age, el juego de cavernícolas que mereció nuestra review aquí. Este ya lo conocíamos, así que la partida transcurrió con normalidad. Sólo una interrupción fue necesaria, para abastecernos de vituallas - todo ese tema de tener que alimentar gente al final de cada turno tuvo el efecto de generar una respuesta empática-pavloviana en varios estómagos gruñones. Sin embargo, la maratón ya llevaba algunas horas y los peques empezaban a mostrar señales de cansancio. Mamá entonces decidió pasar al postre, figurativamente hablando. A propósito, el cubito que avanzó más en el marcador de Stone Age fue, una vez más, el de un servidor. Pero otros cubos me resultaron bastante más adversos. Específicamente, los de...

Qwirkle Cubes. Dijimos que funcionó como postre para la maratón, y la verdad es que si los juegos de mesa pudieran comerse sería un dessert perfecto. Colorido, divertido, rápido, y ¡esos cubos de madera! Qwirkle Cubes cuenta además con el bonus de apelar a dos pasiones de Mamá: el Scrabble y el Bejeweled, en sus varias encarnaciones. Además, los niños se enganchan con entusiasmo y en todo momento vigilan los cubos de los demás para evaluar posibles "Qwirkles" (jugadas de 12 puntos) futuros. Un gran éxito en todo momento. La victoria en este caso fue para Santi 11.0, quien no sólo se adjudicó el mayor score final registrado hasta el momento, sino que también armó la jugada individual más redituable, de 17 puntos.

Y así transcurrió lúdicamente un día que nos dejó derrotas y victorias. Pero más allá de los resultados en la mesa, cumplimos el objetivo principal: Mamá nos dijo que había pasado un día hermoso. Misión cumplida, peques.

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